lunes, noviembre 16, 2009

La experiencia del triciclo

Qué bien funciona a veces, eso de picarse entre colegas y apuntarse a un concurso, para alentar un poco la creatividad, y poner a prueba las neuronas...
En nuestro caso, hace un par de semanas y movidos por un "¿este año os vais a rajar también?" con la usual sorna de esos amigos de batallitas que quieren medirse sanamente Sergi y yo decidimos asumir el reto.

Tres días.
Una palabra clave: Triciclo
y tres minutos de duración máxima....

Así que las cabezas se pusieron en marcha. Yo quería hacer algo simple, y Sergi algo en lo que no saliera ningún triciclo. Ninguna bicicleta de esas de tres ruedas, vamos. Así que el viernes lo pasamos rumiando y a media noche, Sergi marcó el camino. Hay que descomponer la palabra. Hay que jugar con las dos partes de triciclo, y ahí empezaron los quebraderos... Tri es fácil... Tres...

Muy bien, ya teníamos el motivo para la primera parte. El 3.

Ciclo... ciclo... ciclo... Si una vuelta completa... hmmmmm.... ciclo... qué ciclos conocemos... y empieza el bombardeo de conceptos, ideas, batiburrillo visual sin imágenes...

Yo quería algo simple... Algo que fuera diferente a lo que había hecho hasta ahora, y me pregunté por aquellas cosas que tenía ganas de probar... Y de pronto lo ví claro. El protagonista de la pieza tenía que ser un niño. Alguien muy cercano al mundo del triciclo, pero que pudiera darle otro sentido. Otra dirección... Y así empezó a lateralizarse el pensamiento y decidimos que toda la pieza debía de impregnarse de la forma de pensar de un niño, esa facilidad para establecer relaciones entre conceptos que parece que perdemos con la madurez y que hace tan interesante el mundo de la imaginación de los niños...

De entre todos los elementos que aparecieron en la lista de definiciones de ciclo, el del ciclo del agua fue el que mejor cuadraba, en todos los aspectos, y desde el primer momento, estuvo claro el twist final, ya estaba compuesta la pieza. El guión... y había pasado un día. Ya estábamos a sábado por la tarde, y habíamos aprovechado para salir a grabar treses... Y a grabar el conector entre los dos mundos que se iban a mostrar en el clip. El de las definiciones y el mundo del niño. El TRIDENTE.

Ahora sólo faltaba cuadrar lo más importante... Quique. Un lúcido y expresivo niño que conocí gracias a Pilar. Ya había tenido una larga conversación con él, hacía un tiempo, y me pareció fabuloso su razonamiento. Si existen mosquitos tigre, también existen los mosquitos rinoceronte... y la picada de éstos últimos cura la de los primeros. En serio.

Así que llamamos a la madre, pedimos permiso, y el domingo nos encontramos con ellos para grabar.

Una experiencia divertidísima y a la vez agotadora... Pero una que merece la pena. Trabajar con niños, dicen es complicado, pero de igual manera es enriquecedor.

Dos horas y media después, Quique y yo estábamos afonicos de gritarle al tren cada vez que pasaba. Y el corto estaba en la lata...

El resto fue relativamente fácil... a excepción, claro del mal trago al descubrir que los cabezales de la pd170... estaban cascados definitivamente y que el audio que habíamos grabado, tampoco se podía usar... pufff... bueno... qué se le va a hacer...

Y así quedó el clip... tres minutos que personalmente me encantan...

TRICICLO, en YOUTUBE

martes, noviembre 03, 2009

Esquela

Después de casi ocho años a mi fiel servicio, de patearse la península de cabo a rabo, de pasar fiestas y festivales, de sufrir rodajes en conciones pésimas y otros... simplemente en condiciones.
Después de servirme fielmente en cinco años de Faraday y haber captado con su lente desde puestas de sol a noches de luna llena.
Después de un porrón de clips y videoclips... cortos y medios y más cortos aún.
Después de haber aguantado mis inventos, como adaptadores de lente caseros, estabilizadores varios, trávelings en patinete, coche, silla de ruedas, autobuses de dos plantas y bicicletas.
Después de haberme ayudado en la captura del material grabado en más de una ocasión...

Mi pobre y siempre fiel PD170, ha decidido tirar la toalla.

La tendré que llevar a Sony, para que los técnicos forenses le hagan la autopsia (con la esperanza de que alguno de ellos tenga sangre de Fronkonstin y decida devolverle la vida)

Pero de momento... Me quedo sin cámara propia... y me siento cojo.

Como si me hubieran amputado una pierna. Cómo si me hubiesen arrancado un ojo.

Cuan cierto es aquello de que la cámara se convierte en una extensión de uno mismo...

RIP querida PeeDee